Cebolla caramelizada

Aprende cómo preparar cebolla caramelizada fácilmente

La cebolla es una hortaliza bulbosa ampliamente utilizada en nuestra cocina. Es un básico para todo tipo de salsas y guisos, se utiliza frita y pochada pero también se utiliza cruda como acompañamiento en ensaladas. La medicina y la cocina tradicionales han aprovechado largamente sus propiedades. Es un alimento con muy pocas calorías, aproximadamente 26 Kcal por 100 gramos, pero no es de extrañar pues tiene en su composición un 90% de agua.

Quizás una de las formas más originales de hacerla y que pueden aportar un grado de originalidad y sabor a nuestros platos es caramelizándola. Por ello, queremos enseñarte cómo hacer cebolla caramelizada fácilmente.

¿Cómo hacer cebolla caramelizada?

El proceso en muy sencillo. En primer lugar reuniremos los ingredientes, necesitaremos:

  • 1 Kg. de cebollas (debemos tener en cuenta que menguan mucho en el proceso)
  • 70 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de agua
  • Una pizca de sal

Debemos tener claro de antemano cuál es el plato al que va a acompañar nuestra cebolla caramelizada, porque así elegiremos el corte adecuado. En una salsa o un guiso pretenderemos que aporte sabor pero que su presencia pase más bien desapercibida, por eso la cortaremos en daditos pequeños. Pero si vamos a utilizarla como acompañamiento o como protagonista de un pincho lo mejor es que la cortemos en juliana. Aprende las diferentes formas de cortar verduras que existen en cocina.

Como habéis visto en el listado de ingredientes, para hacer la cebolla caramelizada no hay que utilizar azúcar. Es cierto que hay quien se la añade para acelerar el proceso, pero en realidad la caramelización se logra por la oxidación de los azúcares naturales que contiene la propia cebolla.


El tiempo de elaboración es largo, entre 40 minutos y una hora, en compensación es un producto que se conserva relativamente bastante tiempo, así que merece la pena hacer cantidad. Aquí te dejamos los pasos que debes seguir para hacer cebolla caramelizada.

  1. En primer lugar pelamos las cebollas y las cortamos como previamente hayamos decidido.
  2. Ponemos al fuego una sartén antiadherente con el aceite de oliva, necesitaremos que la sartén tenga tapa.
  3. Trabajaremos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente, pero no en exceso,  añadimos la cebolla y revolvemos con una cuchara de madera o una espátula de silicona para que toda la cebolla se empape bien de aceite.
  4. A partir de aquí, bajamos el fuego y dejamos que la cebolla se vaya haciendo poco a poco. Teniendo mucho cuidado de que no se queme y revolviendo de vez en cuando.
  5. A lo largo del proceso veremos como la cebolla se va volviendo cada vez más trasparente para después ir adquiriendo el característico tono dorado.
  6. La reacción Maillard, es la que se produce cuando por el efecto del calor continuado se produce la oxidación de los propios azúcares de la cebolla y le otorga ese tono dorado.
  7. La cebolla se irá reduciendo, cuando su volumen sea aproximadamente la mitad que al inicio, añadiremos las dos cucharadas soperas de agua.
  8. Revolveremos bien para conseguir una perfecta disolución de los azúcares y una mezcla más homogénea y cremosa.
  9. Sabremos que la cebolla está caramelizada cuando pasa del leve color dorado al característico de ese producto. Justo en ese momento añadimos la pizca de sal, que servirá para realzar el sabor y la quitamos del fuego.
  10. Si no disponemos de tanto tiempo podemos acelerar el proceso utilizando un poco de bicarbonato sódico, que favorecerá una caramelización más rápida o de azúcar que adelantará la reacción Maillard.

La cebolla caramelizada se puso de moda en los años 90 y desde entonces se ha mantenido como uno de los productos estrella de la cocina por su versatilidad. Puede consumirse como protagonista de una tosta, servir para dar un toque de sabor original a la tradicional tortilla de patatas, de base para una sopa de cebolla, de acompañamiento de un guiso, etc.

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