Especias para sustituir a la sal

5 especias perfectas para sustituir la sal en tus platos

Un alto porcentaje de la población sufre de hipertensión arterial, una afección que apenas tiene una sintomatología detectable de manera fácil, pero que eleva en mucho el riesgo de padecer infartos o accidentes cerebrovasculares. Diversos estudios científicos han conseguido relacionar una alta tensión arterial con el elevado consumo de sal. Como elemento, el cloruro sódico es indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo pero en las cantidades adecuadas. Por ello, queremos mostrarte algunas especias para sustituir la sal y puedas rebajar su consumo considerablemente.

La sal es un potenciador del sabor de los alimentos y, por lo general, estamos acostumbrados a disfrutar más de las comidas más sabrosas. Pero, realmente todos los alimentos tienen su sabor y una buena manera de empezar a comer con menos sal es trabajar en reeducar nuestro paladar. Podemos aprovechar para cocinar sin sal, unos productos que el ser humano maneja desde antiguo, muchas veces emprendiendo incluso grandes travesías para conseguirlos.

Las mejores especias para olvidarnos de la sal

Las especias y las hierbas aromáticas contribuirán a estimular nuestros sentidos del olfato y del gusto, convirtiendo nuestros platos en una experiencia sensitiva más original y ayudándonos a olvidarnos de la sal gracias a sus intensos sabores.

Pimienta

Es una especie de que procede de la India, donde la planta trepadora era cultivada en origen. Se dice que fue introducida en Europa por Alejandro Magno, durante la Edad Media, fue considerada un lujo y fueron los árabes quienes durante mucho tiempo controlaron las rutas y su comercio. Son los frutos de la planta los que dan lugar a la especia, distinguimos entre pimienta verde, que son los granos aún inmaduros, pimienta negra, que es la más usada, son los granos a media maduración y pimienta blanca, en la que los granos ya están maduros y se han desprendido de la cáscara, lo que la hace más suave.

Su característica más destacable es su sabor picante y penetrante, que se usa como condimento de los embutidos. Su sabor combina muy bien con los guisos de carne, las sopas e incluso la pasta. Si te pasas, deberás utilizar alguna de las formas para reducir el picante en los guisos que utilizan los verdaderos chefs.

Nuez moscada




La nuez moscada, procede del fruto del árbol del mismo nombre que es originario de Indonesia y el Caribe. Aunque se introdujo en Europa en el s. XI. Su sabor es dulce, tradicionalmente ha sido muy utilizada en la cocina holandesa en guisos de carne, de patatas o verduras (probad a añadírsela a las espinacas y veréis como cambia su sabor). Además, es una especia que combina muy bien en los postres.

Puedes probar a utilizarla en una receta de lasaña de verduras para conocer el sabor de esta especie en la cocina.

Comino

La parte utilizada como especia es el fruto de esta planta herbácea. En España se utiliza bastante en el sudeste y es uno de los componentes característicos de los mojos canarios. Tiene un sabor fuerte debido a su alta concentración de aceites, amargo y algo dulce. El comino ayuda a la hora de hacer las digestiones. Combina muy bien con el tomate, en sopas, guisos y salsas, con los pescados y las patatas.

Cúrcuma

Esta especia también procede de la India, donde es utilizada desde muy antiguo tanto en gastronomía como en la industria textil gracias a su gran poder de tintado. Es la especia que le confiere su típico color amarillo al curry y en Europa también se usa actualmente como colorante en la industria alimentaria. Es una especia de sabor suave y muy aromática. Va muy bien con arroces y con las salsas para acompañar a las carnes.

Por ejemplo, puedes realizar una receta de arroz con pollo al curry, evitando la sal, y verás que no se pierde tanto sabor.

Clavo

El clavo procede de un árbol de Indonesia. Las flores sin abrir se recolectan y se secan siendo esa la especia que se usa en la cocina. Su sabor es muy fuerte, por lo que hay que moderar la cantidad a usar. Tradicionalmente es usado en repostería casera, pero también da un toque original en caldos de pescado, carnes y cocidos.

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