Muchas recetas de repostería requieren que el molde que se usa para hornea, esté engrasado y enharinado previamente antes de agregar la masa y hornear. Esto es un paso imprescindible si no queremos que el producto final se pegue a los lados del molde, algo que sucedería incluso en los recipientes antiadherentes.

¿En qué consiste engrasar?

Engrasar un molde consiste en untar con un cuerpo graso una placa de pastelería o el interior de un molde para evitar que, durante el horneado, la preparación se pegue. Además, esta capa de grasa también ayudará a que se pueda desmoldar mejor.

Además de engrasar hay que enharinar el molde, creando así 2 capas de protección extra completamente antiadherentes. El agente para engrasar que escojas logrará que la harina se adhiera. Cuando el plato se esté horneando, se pegará a la harina y no al molde. Una vez se enfríe el pato, se podrá desmoldar fácilmente.

Tipos de grasa para engrasar

Son muchos los agentes grasos que se pueden usar a la hora de engrasar un molde. La mantequilla y la manteca son las dos grasas más comunes y usadas. La mantequilla le dará ligereza a la masa y ayudará a que el exterior se hornee con cierto color dorado. A su vez, la manteca no tiene sabor, por lo que es menos probable que la masa se dore.

En el mercado hay otras opciones para engrasar moldes, ya sea para recetas dulces o saladas. Un buen ejemplo son los pulverizadores de grasa. Son pulverizadores con diferentes agentes grasos. Son excelentes para aplicar de forma sencilla, rápida y uniforme a los moldes que quieres meter en el horno.

Los moldes de hornear que se tratan con aceite, no se sobrecalientan, no se pegan, no se deforman y se desmoldan fácilmente. Además, una vez desmoldados, se limpiarán muy fácilmente.