Sazonar

Muchos piensan que sazonar es únicamente poner sal a los ingredientes. Quizá también pimienta. Pero no, lejos de lo que podamos imaginar, salpimentar no es la única forma que hay de sazonar los alimentos. Es más, existen muchísimos ingredientes, como las hierbas y especias, que pueden cumplir a la perfección esta función.

¿En qué consiste sazonar un alimento?

En términos generales, se conoce como sazonar al acto de aderezar, condimentar y dar sazón a un plato. Para ello, para sazonar, se usan diferentes tipos de condimentos. Podemos dividirlos en 4 clases:

  • Los estimulantes puros: mostaza, cebolla, cebolleta, ajo, cebollino y sal.
  • Los estimulantes aromáticos: son muchos, siendo los principales la pimienta, la nuez moscada, guindilla, rábano, alcaparras, clavo, canela o el jengibre.
  • Hierbas aromáticas: como el tomillo, romero, salvia, perejil, cilantro, laurel, vainilla, azafrán, agua de azahar o eneldo, entre muchos otros.


  • Aromas: aquí se encontrarían ingredientes como el agraz, limón o el vinagre.

¿Por qué sazonar la comida?

Otro error bastante común, es pensar que sazonar es darles sabor a los alimentos. Nada más lejos de la realidad. Sazonar lo que hace es potenciar o estimular los sabores de los ingredientes.

No es sencillo, pues es una cuestión de gusto. Es recomendable ir probando la comida poco a poco para que al sazonarla no quede demasiado fuerte. Sazonar correctamente es como educar a nuestro paladar.

Un punto muy importante es sazonar la comida siempre que está en el fuego. Es decir, siempre que está en proceso de cocción. De lo contrario, si se sazona a la hora de servir el plato y comerlo, os sabores no quedarán igual. Los ingredientes usados no servirán para aumentar el sabor. Es más, la sal, por ejemplo, no se disolverá de igual forma, por lo que el paladar no notará el verdadero sabor de este plato.

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